jueves, 6 de enero de 2011

LA REPRESENTACION DE DIOS

Aportes desde el Psicoanálisis, sobre ideas del Dr. Carlos Domínguez Morano ( S.J.) Teólogo- Psicólogo Clínico.
                                                                           


                     La representación de Dios se ofrece al ser humano como una tentación para proyectar los sueños infantiles de omnipotencia.Ninguna otra aparece ante los ojos del deseo y de su demanda de plenitud ,tan excenta de cualquier tipo de limitación. Ese deseo ,en efecto, empuja hacia la búsqueda de una totalidad; totalidad que fantaseada primero en la madre ,va progresivamente desplazándose hacia el padre y otras figuras sucesivas.  Dios entre ellas.

                     Pero el Dios de la omnipotencia infantil, como refugio del fantasma arcaico , cierra el camino de la propia autonomía.Sólo, pues, cuando Dios aparece como "principio de realidad" , cuando se revela como Palabra , como alteridad que se abre al inercambio, sólo entonces , se hace posible un encuentro en el que el ser humano puede salir auténticamente con vida. Por ello , sólo en Jesús de Nazaret la totalidad atemporal de Dios deja de ser un riesgo  para el creyente. Jesús , como el que baja a la condición humana con todas sus consecuencias , como Dios que baja a la espacio-temporalidad de la historia con todas sus limitaciones , es la Palabra que cuestiona al deseo y es la Palabra que revela a un Dios cuestionable de ese mismo deseo humano.

                                         No es, efectivamente , el Dios que se esperaba ése del que nos habla Jesús. No viene, sin más , como el omnipotente , ni se presenta como el omnisciente que imagina el deseo infantil. No es el Dios que exige el niño ,el Dios que explica el mundo, con una respuesta para cada problema que plantea la existencia. Es un Dios que oye  hágase tu voluntad y no la mía, o el reproche , incluso, del Dios mío, Dios mío ,¿por qué me has abandonado ? . Un Dios, por tanto, que exige el respeto a su libertad , ya que sólo así somos fieles a la nuestra . 
                                     ...    Pero por otra parte encontramos en los textos evangélicos formulaciones que expresan claramente  el atributo de la omnipotencia de Dios. ( Mt. 28,18; Lc 1,37 ; Mc 10,17) . Ante esta aparente contradicción sólo podemos pensar que la omnipotencia que debemos proclamar del Dios de Jesús guarda un sentido muy particular y que tan sólo podemos entenderla desde el contexto general de la Revelación que nos trae Jesús.
                                             Tan sólo cuando situamos el atributo de la omnipotencia junto con el del amor y la misericordia , que es el que de modo más claro y manifiesto se nos da a conocer a través de las palabras y la vida de Jesús, podemos entender el sentido cristiano de la afirmación de Dios como Todopoderoso. Y es, por eso , en la debilidad extrema del crucificado donde podemos entender el sentido de  la omnipotencia de Dios. Omnipotencia , pues, que no podemos  ya entender como dominio de la fuerza sobre la debilidad , sino tan sólo como una expresión del amor.

                                              Es tan sólo ante el crucificado donde los cristianos podemos confesar abiertamente y sin peligro la "omnipotencia de Dios", una omnipotencia que es la del amor y que se ha expresado en la más rotunda de las debilidades. No encontramos en Jesús crucificado el Dios poder que se impone, sino el Dios amor que se expone a la mayor de las debilidades , porque el amor    

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