Mirar hacia atrás es una actitud bastante frecuente en la etapa de la vida llamada "tercera edad". A ningún niño o aldolescente se le ocurre repasar su vida pasada espontáneamente.
Pero en la medida en que una persona crece , más en sentido analítico que en años, se pone a pensar acerca de lo que pasó , ¿qué me pasó ?, ¿cuál fue mi intervención en lo sucedido ? , ¿pude evitarlo ? , ¿precisamente fui yo quien lo provocó ? , ¿ cuál fue mi reacción?, etc.
En relación al tema del pasado y la memoria un autor contemporáneo escribía diciendo : "La memoria es una de las mayores fuentes de felicidad y de sufrimiento humano . El pasado puede convertirse en una cárcel en la que uno se sienta encerrado para siempre, o una razón constante de autosatisfacción. Tu pasado puede hacerte sentir profundamente avergonzado o lleno de sentido de culpabilidad, pero también puede ser causa de orgullo enfermo y autosatisfacción ".( Henri Nouwen -sacerdote católico holandés -1.932-1996)
Para el crecimiento espiritual estas dos actitudes traban desde lo humano el apropiarse de la verdadera identidad.
La memoria es el almacén del pasado , pero debe ser un almacén dinámico, no estático .Por eso cuando los recuerdos del pasado son de situaciones conflictivas, traumáticas, dolorosas, es necesario recordar para poder elaborar a lo largo del tiempo , y así soltarlas en el fluir del tiempo y la vida.
Si las mantenemos "sepultadas vivas " consumirán silenciosamente nuestra vida y nuestras posibilidades.
Por eso pensamos que sí, es buena la mirada hacia atrás cuando nos permite depurar los recuerdos a la luz de la verdad . Y es necesario también creer que en definitiva todo lo que nos pasó fue para nuestro bien a los ojos de Dios.
De adorable calificaba el místico jesuita francés Teilhard de Chardin todo lo que a la persona le sucede porque todo está orientado a que volvamos nuestra mirada al amor del Señor.
Pero en la medida en que una persona crece , más en sentido analítico que en años, se pone a pensar acerca de lo que pasó , ¿qué me pasó ?, ¿cuál fue mi intervención en lo sucedido ? , ¿pude evitarlo ? , ¿precisamente fui yo quien lo provocó ? , ¿ cuál fue mi reacción?, etc.
En relación al tema del pasado y la memoria un autor contemporáneo escribía diciendo : "La memoria es una de las mayores fuentes de felicidad y de sufrimiento humano . El pasado puede convertirse en una cárcel en la que uno se sienta encerrado para siempre, o una razón constante de autosatisfacción. Tu pasado puede hacerte sentir profundamente avergonzado o lleno de sentido de culpabilidad, pero también puede ser causa de orgullo enfermo y autosatisfacción ".( Henri Nouwen -sacerdote católico holandés -1.932-1996)
Para el crecimiento espiritual estas dos actitudes traban desde lo humano el apropiarse de la verdadera identidad.
La memoria es el almacén del pasado , pero debe ser un almacén dinámico, no estático .Por eso cuando los recuerdos del pasado son de situaciones conflictivas, traumáticas, dolorosas, es necesario recordar para poder elaborar a lo largo del tiempo , y así soltarlas en el fluir del tiempo y la vida.
Si las mantenemos "sepultadas vivas " consumirán silenciosamente nuestra vida y nuestras posibilidades.
Por eso pensamos que sí, es buena la mirada hacia atrás cuando nos permite depurar los recuerdos a la luz de la verdad . Y es necesario también creer que en definitiva todo lo que nos pasó fue para nuestro bien a los ojos de Dios.
De adorable calificaba el místico jesuita francés Teilhard de Chardin todo lo que a la persona le sucede porque todo está orientado a que volvamos nuestra mirada al amor del Señor.
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